Quizá los escolares no estén capacitados para hacer todo el trabajo que conlleva crear un huerto, pero deberían comprometerse tanto como sea posible. Podrían colaborar en:
• dibujar un mapa y estudiar el terreno;
• discutir y estudiar los recursos e insumos necesarios;
• observar y registrar los trabajos del huerto;
• guiar a los visitantes cuando vayan a ver el huerto y mantener informadas a sus familias;
• estudiar el trazado del huerto y las camas de cultivo;
• poner carteles y rótulos.
Todas estas actividades hacen las clases interesantes. Mientras se prepara el terreno del huerto, conviene también dar lecciones sobre el suelo y el agua, las herramientas y el equipo y seguir con atención la evolución de los montones de compost.
No hay comentarios:
Publicar un comentario